Educación y Cultura en las Etnias de Bolivia
Las 36 Etnias de Bolivia
Nada identifica mejor al país que su diversidad. Y para el antropólogo Wigberto Rivero Pinto, dicha diversidad se constituye en el mayor tesoro de Bolivia. Afrobolivianos, blancos, mestizos e indígenas le ponen al variopinto mosaico de manifestaciones culturales que coexisten a lo largo del país.
“Nuestra diversidad expresa riqueza. Por ejemplo, cada de los pueblos indígenas que habitan el territorio nacional es depositario de un conjunto de valores que se manifiestan en formas propias de ver el mundo; la naturaleza de organizarse, de generar arte, de producir, de vivir y sentir”, expresa Rivero, quien por años estudió a las distintas etnias del país. Los datos de ese sesudo , sumado a los resultados del Censo de Población y Vivienda 2001, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), son la de esta nota periodística que intenta dar luces sobre 34 de los 36 grupos originarios oficialmente reconocidos. A esta lista se debe agregar a los nahua —de los cuales no existen datos documentados, sólo la palabra oral que los sitúa en Pando— y a los afrobolivianos, que aún no han sido reconocidos en los censos del INE, tal y como se quejaron sus representantes ante los miembros de la Asamblea Constituyente.
Con , Rivero, quien fue ministro de Asuntos Campesinos, resalta que en el contexto sudamericano Bolivia atesora el mayor porcentaje de indígenas, con el 64 por ciento del de la población. Le sigue Perú con el 59 por ciento. “Brasil cuenta con 220 etnias —la mayor de la región—, pero éstas representan el 1 por ciento de la población de ese país”.
A pesar de esa riqueza, los grupos originarios están perdiendo las costumbres de sus antepasados, debido a la falta de una política estatal que les dé las herramientas necesarias para su sobre vivencia, se queja Rivero.
1.- Araona Baba bizo (dios bueno) es una de las tantas deidades de los araonas. En el siglo XIX, este grupo dominó la mayoría de los ríos amazónicos. Luego, durante el auge de la goma, esta etnia sirvió de guía a los industriales que explotaron el preciado caucho. Paradójica mente los empresarios los expulsaron de sus tierras y los esclavizaron. Los indígenas que lograron escapar vivieron como nómadas hasta mediados del siglo XX. En la , unos 100 araonas viven en la provincia Iturralde (La Paz).
2.- AymaraEl departamento de La Paz es el bastión de los aymaras. Sin embargo, Oruro y Potosí también son el de los más de 1.200.000 indígenas andinos. El de los aymaras o collas se inició tras la caída de Tiwanaku (XII) y se fortaleció con la unión de varios pueblos circundantes del lago Titicaca. Luego de varios años de intentos frustrados, los incas los dominaron. Sin embargo, este pueblo mantuvo intactas su lengua y su cultura. La religión aymara está íntimamente relacionada con la actividad agrícola.
3.- Ayoreo La provincia Germán Busch acoge a la mayoría de los 800 ayoreos que viven en Santa Cruz. El primer de esta etnia con los españoles fue en 1537. Sin embargo, los originarios se resistieron por décadas a formar parte de las misiones católicas. Su nómada terminó con la fundación de la primera misión, en el siglo XVIII. Las crónicas señalan que consideraban a las aves como divinidades. Además, tenían conocimiento del sistema cósmico. Su lingüística es el zamuco.
4.- Baure Hasta 16.000 baures habitaban en el siglo XVIII la actual provincia Iténez (Beni). Guardianes de la lengua arawak, ahora no pasan los 500. Fue el padre Cipriano Barace quien los contactó alrededor de 1690. Los religiosos introdujeron el ganado vacuno, desconocido en la zona, y les enseñaron música y escritura. Sin embargo, tras la expulsión de los jesuitas, la mayoría abandonó las reducciones católicas y se internaron en los bosques. Para ellos, toda la naturaleza es sagrada.
5.- Canichana El río Mamoré ha sido el espacio vital de los canichana, conocidos en la Colonia como aguerridos guerreros. Los menos de 300 miembros de esta etnia se hallan en el municipio de San Javier (Beni). Durante el dominio español, en sus tierras se fundieron las campanas de todas las misiones de Moxos. Así, los originarios abandonaron sus armas para conocer los secretos de la platería y del modelado de madera. Una de sus danzas típicas es el “machetero loco”, la misma que es bailada durante la Semana Santa.
6.- Cavineño Los departamentos de Beni y Pando albergan a los cerca de 900 cavineños. Antes de la llegada de las misiones evangelizadoras, esta etnia era animista. Sus principales deidades estaban entre los de la naturaleza, en especial los que se hallan en el y en el monte. En el siglo XVII los cavineños sufrieron varias migraciones debido a los conflictos armados con los esse ejjas. Actualmente son recolectores de castaña. Otra de sus actividades es la producción agrícola. Su familia lingüística es el tacana.
7.- CayubabaUna cruz elaborada con una astilla se constituye en el objeto más preciado por los más de 500 cayubabas que se hallan en la provincia Yacuma (Beni). “Se trata de una astilla de la Santa Cruz que trajeron los jesuitas desde Perú”, aseguran los habitantes de Exaltación de la Santa Cruz. Fue en 1704 que los misioneros iniciaron su labor evangelizadora en estas tierras. Además de la agricultura y la ganadería, los cayubabas han ganado fama en el oriente por su chivé, un derivado de la yuca.
8.- ChácoboCáco fue el creador de los ríos, según los chácobo. Pano es la lengua originaria de este grupo asentado en el Beni y que hoy no supera los 300 miembros. Antes de la conquista española, esta etnia se movía en un vasto territorio entre los ríos Beni y Memoré Nunca fueron reducidos en las misiones, pero adoptaron elementos de la cultura occidental con el contacto con otros grupos. Sus aldeas cuentan con grandes habitaciones comunales y su está basada en la yuca y el plátano.
9.- Chimán La amazonia beniana es el hogar de los aproximadamente 5.000 chimanes, quienes se dedican a la pesca y a la recolección de jatata (fibra vegetal). Cuentan con un vasto conocimiento de la medicina natural y mantienen su cultura casi intacta, como su lengua, la cual gran parte la puede escribir. Una epidemia los diezmó a mediados del siglo XIX.
10.- Chiquitano Cuatro provincias cruceñas anidan a los más de 112.000 chiquitanos. Fue en sus tierras que se fundó Santa Cruz (la vieja) en 1550. En 1692 se fundó la primera de las misiones jesuíticas. Éstas fomentaron entre los originarios el desarrollo artístico. Tras la expulsión de los misioneros, esta etnia casi desapareció en la explotación de la goma.
11.- Ese Ejja Para este pueblo amazónico, el paraíso se halla en las corrientes de los ríos. Su vida nómada acabó abruptamente tras el contacto con la cultura occidental. Hoy, estos cerca de 400 indígenas pan dinos habitan en Portachuelo. Allí mantienen viva su lengua, la cual está conformada por 5.000 palabras. Sus mujeres son hábiles con el tejido artesanal.
12.- Guarasugwe Es la etnia con menor número de miembros. Se calcula que no llegan a la decena. Habitan las provincias Ñuflo de Chávez (Santa Cruz) e Iténez (Beni) y su familia lingüística es el tupi guaraní. Los mitos de estos expertos cazadores se basan en yanerami, su mayor divinidad. Fue en el auge de la goma que estos indígenas fueron diezmados por las enfermedades. Guaraní
La búsqueda del ivy imaraä, la “tierra sin mal”, provocó tres corrientes migratorias de guaraníes desde el Mato Grosos hasta el país. Este grupo fue famoso por su resistencia a la conquista tanto de los incas como de los españoles. Actualmente más de 81.000 guaraníes habitan la región chaqueña de los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija.
13.- Guarayo Los indios guaraníes que migraron desde la costa atlántica siglos antes de la llegada de los españoles, dieron vida al grupo étnico gua-rayo en Bolivia. Ubicados en su mayoría en la provincia Guarayos (Santa Cruz), su población supera en la actualidad los 5.000. El Coro de Urubichá, que interpreta música sacra, es una muestra de la riqueza artística que atesora este pueblo oriental. Además, los guarayos destacan por su elaboración de retablos, cofres y joyeros hechos de distintas maderas.
14.- Itonama En total estado de desnudez. Así encontró en 1704 el padre Lorenzo Legarda a los miembros de esta etnia, en la actualidad asentados en las provincias Iténez y Mamoré (Beni). Sus casi 1.500 representantes aún se destacan por ser tejedores y constructores de embarcaciones. En 1800 superaban los 8.000 miembros, pero las enfermedades que trajeron los caucheros los devastó. En 1887, de los itonama emergió el líder Andrés Guayocho, quien inició una rebelión en todo Moxos contra los explotadores.
15.- Joaquiniano Las aguas del río Mamoré, en el Beni, se constituyen en el espacio vital de los joaquinianos. El maíz, el arroz, la yuca y el plátano son los productos cosechados por los 169 miembros de este grupo. Su familia lingüística es el arawak, pero el castellano, introducido por los misioneros católicos que llegaron a sus tierras a comienzos de 1700, es el idioma predominante. Cada año, la localidad beniana de San Joaquín recibe a los miembros de esta etnia para celebrar la fiesta patronal de este pueblo oriental.
16.- Leco de 2.500 lecos habitan las provincias paceñas de Larecaja y Franz Tamayo. Allí, este pueblo indígena se dedica a la ganadería, la agricultura y la explotación forestal. Leco o lapa lapa es el nombre de su lengua originaria, la cual, como sucede con gran parte de indígenas del país, está cerca de desaparecer. Antes de la conquista de los españoles, este grupo tuvo una fuerte influencia aymara, la cual hoy se manifiesta en varias de sus tradiciones espirituales. El Parque Nacional Madidi es protegido por ellos.
Nada identifica mejor al país que su diversidad. Y para el antropólogo Wigberto Rivero Pinto, dicha diversidad se constituye en el mayor tesoro de Bolivia. Afrobolivianos, blancos, mestizos e indígenas le ponen al variopinto mosaico de manifestaciones culturales que coexisten a lo largo del país.
“Nuestra diversidad expresa riqueza. Por ejemplo, cada de los pueblos indígenas que habitan el territorio nacional es depositario de un conjunto de valores que se manifiestan en formas propias de ver el mundo; la naturaleza de organizarse, de generar arte, de producir, de vivir y sentir”, expresa Rivero, quien por años estudió a las distintas etnias del país. Los datos de ese sesudo , sumado a los resultados del Censo de Población y Vivienda 2001, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), son la de esta nota periodística que intenta dar luces sobre 34 de los 36 grupos originarios oficialmente reconocidos. A esta lista se debe agregar a los nahua —de los cuales no existen datos documentados, sólo la palabra oral que los sitúa en Pando— y a los afrobolivianos, que aún no han sido reconocidos en los censos del INE, tal y como se quejaron sus representantes ante los miembros de la Asamblea Constituyente.
Con , Rivero, quien fue ministro de Asuntos Campesinos, resalta que en el contexto sudamericano Bolivia atesora el mayor porcentaje de indígenas, con el 64 por ciento del de la población. Le sigue Perú con el 59 por ciento. “Brasil cuenta con 220 etnias —la mayor de la región—, pero éstas representan el 1 por ciento de la población de ese país”.
A pesar de esa riqueza, los grupos originarios están perdiendo las costumbres de sus antepasados, debido a la falta de una política estatal que les dé las herramientas necesarias para su sobre vivencia, se queja Rivero.
1.- Araona Baba bizo (dios bueno) es una de las tantas deidades de los araonas. En el siglo XIX, este grupo dominó la mayoría de los ríos amazónicos. Luego, durante el auge de la goma, esta etnia sirvió de guía a los industriales que explotaron el preciado caucho. Paradójica mente los empresarios los expulsaron de sus tierras y los esclavizaron. Los indígenas que lograron escapar vivieron como nómadas hasta mediados del siglo XX. En la , unos 100 araonas viven en la provincia Iturralde (La Paz).
2.- AymaraEl departamento de La Paz es el bastión de los aymaras. Sin embargo, Oruro y Potosí también son el de los más de 1.200.000 indígenas andinos. El de los aymaras o collas se inició tras la caída de Tiwanaku (XII) y se fortaleció con la unión de varios pueblos circundantes del lago Titicaca. Luego de varios años de intentos frustrados, los incas los dominaron. Sin embargo, este pueblo mantuvo intactas su lengua y su cultura. La religión aymara está íntimamente relacionada con la actividad agrícola.
3.- Ayoreo La provincia Germán Busch acoge a la mayoría de los 800 ayoreos que viven en Santa Cruz. El primer de esta etnia con los españoles fue en 1537. Sin embargo, los originarios se resistieron por décadas a formar parte de las misiones católicas. Su nómada terminó con la fundación de la primera misión, en el siglo XVIII. Las crónicas señalan que consideraban a las aves como divinidades. Además, tenían conocimiento del sistema cósmico. Su lingüística es el zamuco.
4.- Baure Hasta 16.000 baures habitaban en el siglo XVIII la actual provincia Iténez (Beni). Guardianes de la lengua arawak, ahora no pasan los 500. Fue el padre Cipriano Barace quien los contactó alrededor de 1690. Los religiosos introdujeron el ganado vacuno, desconocido en la zona, y les enseñaron música y escritura. Sin embargo, tras la expulsión de los jesuitas, la mayoría abandonó las reducciones católicas y se internaron en los bosques. Para ellos, toda la naturaleza es sagrada.
5.- Canichana El río Mamoré ha sido el espacio vital de los canichana, conocidos en la Colonia como aguerridos guerreros. Los menos de 300 miembros de esta etnia se hallan en el municipio de San Javier (Beni). Durante el dominio español, en sus tierras se fundieron las campanas de todas las misiones de Moxos. Así, los originarios abandonaron sus armas para conocer los secretos de la platería y del modelado de madera. Una de sus danzas típicas es el “machetero loco”, la misma que es bailada durante la Semana Santa.
6.- Cavineño Los departamentos de Beni y Pando albergan a los cerca de 900 cavineños. Antes de la llegada de las misiones evangelizadoras, esta etnia era animista. Sus principales deidades estaban entre los de la naturaleza, en especial los que se hallan en el y en el monte. En el siglo XVII los cavineños sufrieron varias migraciones debido a los conflictos armados con los esse ejjas. Actualmente son recolectores de castaña. Otra de sus actividades es la producción agrícola. Su familia lingüística es el tacana.
7.- CayubabaUna cruz elaborada con una astilla se constituye en el objeto más preciado por los más de 500 cayubabas que se hallan en la provincia Yacuma (Beni). “Se trata de una astilla de la Santa Cruz que trajeron los jesuitas desde Perú”, aseguran los habitantes de Exaltación de la Santa Cruz. Fue en 1704 que los misioneros iniciaron su labor evangelizadora en estas tierras. Además de la agricultura y la ganadería, los cayubabas han ganado fama en el oriente por su chivé, un derivado de la yuca.
8.- ChácoboCáco fue el creador de los ríos, según los chácobo. Pano es la lengua originaria de este grupo asentado en el Beni y que hoy no supera los 300 miembros. Antes de la conquista española, esta etnia se movía en un vasto territorio entre los ríos Beni y Memoré Nunca fueron reducidos en las misiones, pero adoptaron elementos de la cultura occidental con el contacto con otros grupos. Sus aldeas cuentan con grandes habitaciones comunales y su está basada en la yuca y el plátano.
9.- Chimán La amazonia beniana es el hogar de los aproximadamente 5.000 chimanes, quienes se dedican a la pesca y a la recolección de jatata (fibra vegetal). Cuentan con un vasto conocimiento de la medicina natural y mantienen su cultura casi intacta, como su lengua, la cual gran parte la puede escribir. Una epidemia los diezmó a mediados del siglo XIX.
10.- Chiquitano Cuatro provincias cruceñas anidan a los más de 112.000 chiquitanos. Fue en sus tierras que se fundó Santa Cruz (la vieja) en 1550. En 1692 se fundó la primera de las misiones jesuíticas. Éstas fomentaron entre los originarios el desarrollo artístico. Tras la expulsión de los misioneros, esta etnia casi desapareció en la explotación de la goma.
11.- Ese Ejja Para este pueblo amazónico, el paraíso se halla en las corrientes de los ríos. Su vida nómada acabó abruptamente tras el contacto con la cultura occidental. Hoy, estos cerca de 400 indígenas pan dinos habitan en Portachuelo. Allí mantienen viva su lengua, la cual está conformada por 5.000 palabras. Sus mujeres son hábiles con el tejido artesanal.
12.- Guarasugwe Es la etnia con menor número de miembros. Se calcula que no llegan a la decena. Habitan las provincias Ñuflo de Chávez (Santa Cruz) e Iténez (Beni) y su familia lingüística es el tupi guaraní. Los mitos de estos expertos cazadores se basan en yanerami, su mayor divinidad. Fue en el auge de la goma que estos indígenas fueron diezmados por las enfermedades. Guaraní
La búsqueda del ivy imaraä, la “tierra sin mal”, provocó tres corrientes migratorias de guaraníes desde el Mato Grosos hasta el país. Este grupo fue famoso por su resistencia a la conquista tanto de los incas como de los españoles. Actualmente más de 81.000 guaraníes habitan la región chaqueña de los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija.
13.- Guarayo Los indios guaraníes que migraron desde la costa atlántica siglos antes de la llegada de los españoles, dieron vida al grupo étnico gua-rayo en Bolivia. Ubicados en su mayoría en la provincia Guarayos (Santa Cruz), su población supera en la actualidad los 5.000. El Coro de Urubichá, que interpreta música sacra, es una muestra de la riqueza artística que atesora este pueblo oriental. Además, los guarayos destacan por su elaboración de retablos, cofres y joyeros hechos de distintas maderas.
14.- Itonama En total estado de desnudez. Así encontró en 1704 el padre Lorenzo Legarda a los miembros de esta etnia, en la actualidad asentados en las provincias Iténez y Mamoré (Beni). Sus casi 1.500 representantes aún se destacan por ser tejedores y constructores de embarcaciones. En 1800 superaban los 8.000 miembros, pero las enfermedades que trajeron los caucheros los devastó. En 1887, de los itonama emergió el líder Andrés Guayocho, quien inició una rebelión en todo Moxos contra los explotadores.
15.- Joaquiniano Las aguas del río Mamoré, en el Beni, se constituyen en el espacio vital de los joaquinianos. El maíz, el arroz, la yuca y el plátano son los productos cosechados por los 169 miembros de este grupo. Su familia lingüística es el arawak, pero el castellano, introducido por los misioneros católicos que llegaron a sus tierras a comienzos de 1700, es el idioma predominante. Cada año, la localidad beniana de San Joaquín recibe a los miembros de esta etnia para celebrar la fiesta patronal de este pueblo oriental.
16.- Leco de 2.500 lecos habitan las provincias paceñas de Larecaja y Franz Tamayo. Allí, este pueblo indígena se dedica a la ganadería, la agricultura y la explotación forestal. Leco o lapa lapa es el nombre de su lengua originaria, la cual, como sucede con gran parte de indígenas del país, está cerca de desaparecer. Antes de la conquista de los españoles, este grupo tuvo una fuerte influencia aymara, la cual hoy se manifiesta en varias de sus tradiciones espirituales. El Parque Nacional Madidi es protegido por ellos.
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